20 de marzo de 2018

UNA VENTANA ABIERTA. EL SÍ DE DIOS REVELADO EN LA CRUZ DE CRISTO CON LA HNA. CARMEN PÉREZ STJ

El sí de Dios revelado en Jesucristo en la cruz es el sí al hombre. Todo en nuestra vida, las alegrías, las penas, los sufrimientos, los trabajos, las dificultades, los éxitos, todo vivido desde el sí de Dios revelado en Jesucristo en la cruz. Es el sí a mi verdadera vida, a mi “renacer” ¿Qué nos ha traído la muerte de Jesús en la cruz? Nos ha traído nuestra redención, nuestra salvación, la vida.

Un chico después de acabar sus estudios, estaba haciendo un master difícil y que le estaba costando mucho esfuerzo. Su padre se lo había indicado sabiendo que le capacitaría muy bien para su trabajo. Estaba a punto de acabarlo, y hacía meses que admiraba un coche deportivo que vio en un concesionario. Sabía que su padre se lo podía comprar, y le dijo que como fin de todos sus estudios, y para ya empezar su trabajo, le pedía ese regalo.

Conforme se acercaba el día de la finalización de su costoso master, costoso en todos los sentidos, esperaba alguna señal de que su padre ya le hubiese comprado el coche. Cuando el chico llegó todo satisfecho con su titulación, el padre le llamó a su despacho. Le dijo lo contento que estaba de tener un hijo así y que ahora que ya iba a empezar a trabajar esperaba y quería lo mejor para él. El padre tenía en sus manos una hermosa caja de regalo. Curioso, pero decepcionado, mejor, desconfiado ante lo que podía haber en aquella caja, la abrió. Lo que se encontró fue una hermosa Biblia de cubiertas de piel y con su nombre escrito con unas bonitas letras. Enfadadísimo y sin pensar más, tiró la Biblia y le gritó a su padre diciéndole: Con todo el dinero que tienes, y lo único que me das es esta Biblia. Salió de su casa sin pensar en todo lo que había recibido del padre. Pasaron años y no quiso saber nada de su padre. Se convirtió en un hombre de negocios, pero era duro y algo había en su vida que no acababa de encajar. Recibió la noticia de que su padre había muerto de repente y que tenía que presentarse para arreglar todos los trámites. Cuando llegó a la casa de su padre la tristeza y el arrepentimiento llenaron su corazón. Empezó a ver todos los documentos y asuntos importantes, entre los cuales se encontró la Biblia que le había regalado el padre y que él le había literalmente tirado. Con lágrimas la abrió y empezó a hojear sus páginas. Su padre había puesto una tarjeta en el Evangelio de S. Mateo y le había subrayado cuidadosamente los versículos:“Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá…Porque todo el que pide recibe; el que busca halla; y al que llama, se le abrirá…¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le dé una piedra, o si le pide un pez, le dé una culebra? Y si vosotros siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, cuanto más vuestro Padre Celestial dará cosas buenas a aquellos que se las pidan.

Mientras leía estas palabras cayó una tarjeta del concesionario de coches donde él había visto el coche deportivo que tanto había deseado. En la tarjeta estaba la fecha del día de la terminación de su master y las palabras: cuando lo recojas, totalmente pagado. Y fue como si una luz le hiciera ver de pronto lo equivocado que había estado. El chico entendió todo lo que su padre había hecho, su fe en Cristo, la jerarquía de valores que había querido inculcarle y lo que había querido darle al hacerle el regalo de la Biblia: a través de la palabra de Dios, de su redención iniciar su nueva vida de trabajo, de familia. De pronto resonaban en su corazón las palabras que acababa de leer y que su padre les repetía constantemente. Se encontró con la fe con la que el padre había vivido, se encontró con su padre. Fue a la habitación del padre, y allí también se “encontró” con el crucifijo que siempre había presidido la habitación: "Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia". Siempre el padre les había querido transmitir que Dios es el Dios del amor y de la misericordia, el que da sentido a la vida.

Se encontró con Cristo y así comprendió que sólo por Jesucristo clavado en la cruz sabemos a ciencia cierta que Dios nos ama y perdona. Es seguro lo que se manifiesta en la cruz, la actitud que en ella alienta, la fuerza que palpita en el corazón de Dios hecho hombre que se entrega hasta el extremo.

Se piensa que el progreso hacia la paz y el bienestar es el verdadero dios, la nueva biblia y de ninguna manera se necesita a Dios para ello, no desde luego para interferir en nuestros propósitos esenciales. El padre de nuestra historia estaba convencido, y así lo vivía, que Cristo en la Cruz era el sí de Dios al hombre. El crucifijo presidía y centraba su vida. Y por eso devolvía el Si a Dios en su vida diaria, en la relación con su familia, con todos los que trataba. ¿Qué ha traído Jesús? ¿Qué ha traído si no ha sido la revelación de Dios como Padre? La cruz de Cristo ha transformado todo el mundo, depende de cada uno de nosotros vivirlo. El amor de Jesucristo es lo seguro. El amor de Dios lo sabemos por Jesucristo. Por Cristo en la cruz sabemos a ciencia cierta que Dios nos ama y perdona: es el sí de Dios al hombre.

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