17 de diciembre de 2014

Con otros ojos. Con Sor María Dolores Pérez

Dios de los desplazamientos y el Dios de los acontecimientos

Acabo de leer esta frase, y me ha hecho pensar. Somos muy dados a decir bonitas palabras. A leer la Palabra con mayúscula y gracias a la fe, y a meditarla para ponernos en manos del Mismísimo Dios en aquello que meditamos, escuchamos, reflexionamos y oramos.

Pero la contemplación nos lleva a sentir a Dios en los desplazamientos tanto físicos como orantes y debe de ser el mismo ,que el que acontece en cada momento, en toda persona o suceso.

Y sin embargo al desplazarnos física y espiritualmente en tiempo, lugar y circunstancia parece es un Dios cambiante.
Cuando hablamos de que Dios es Amor, es que nunca cambia. 

El Amor no cambia; hay muchas maneras de vivirlo, en familia, a los pies de la cama de un enfermo, entregándose a los demás, tratando de construir la propia familia, la educación que sostenga nuestro vivir, en el trabajo, en el claustro , o en fraternidad, estudiando u orando.

Sí, las costumbres cambian, las personas cambian, el ambiente y la sociedad cambia, hasta el modo de pensar y nuestros años cambian, pero el Amor no pasa nunca, ni la manera que queramos vivirlo.

Ya de por si la vida , partiendo del amor es complicación y nosotros nos complicamos más cada momento, pero el Amor no pasa nunca…

Quiero quedarme con dos frases, una de san Juan que expresa para mi toda Gracia y Espíritu “Dios es amor” , en acontecimiento, y en desplazamiento.
Y la segunda: la confianza “El Señor es mi pastor…”



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